La armonía, que conforma una correcta estructura, se pondrá ampliamente en evidencia, en el movimiento de traslación del perro. Como el Rottweiler, siendo un perro esencialmente de trabajo, su estructura no puede claudicar en ningún momento. El movimiento es la prueba de fuego, donde ningún defecto estructural pasa desapercibido, manifestándose indefectiblemente. El perro comienza a claudicar donde primeramente siente el defecto. La cuerda siempre se rompe por la parte mas fina.
Cuando movemos Rorrweiler es frecuente, que lo primero que nos llama la atención es que son perros que aflojan y terminan cediendo en su línea superior. Ello se debe a que además de una debilidad en la parte superior el efecto es acentuado por un lomo largo sumado a una grupa corta. Esta falencia es sumamente grave y muy común en la raza puesto que si el empuje trasero no se transmite al tren delantero, a través de una columna firme, el esfuerzo mecánico de las patas traseras se malogra. El traslado de la línea superior si es correcto debe ser horizontal y continuo, sin vaivenes de sube y baja, ni laterales. Por lo tanto a su vez no deben observarse manifestaciones de hundimiento ni de encarpamiento. La exigencia de esta condición es que la firmeza de la región superior del perro transporta el empuje trasero hacia el tren delantero. Si cede, ese transporte será defectuoso, dependiente de una columna vertebral bien estructurada y una buena musculatura que le de su apoyo. Si no, se produce esa condición de firmeza, rápidamente entraremos en claudicación de esa zona y el perro sufrirá las consecuencias. Si la misma se mantiene firme, todo el esfuerzo del empuje posterior llegara al tren delantero. Este recibe todo ese empuje, tiene que sostenerlo y aguantar el peso del 65% del cuerpo con su tren delantero, además de arrastrar como un carro, todo el cuerpo hacia delante, en perfecta coordinación con el movimiento de su tren trasero.
Si el tren delantero no cumple con esos requerimientos, la parte anterior del cuerpo caerá irremediablemente hacia delante, por falta del alcance de la mano y el perro forzosamente deberá bajar la cabeza. Es por ello que la angulación delantera debe ser igual a la trasera. La falta de angualación delantera se debe fundamentalmente a un húmero y escápula corta.
Consecuentemente nos damos cuenta lo crítico que resulta en el movimiento del Rottweiler la presencia de la falta de firmeza de la línea superior y del alcance delantero. Menos crítico nos resulta el tren trasero en el perro. El mismo se encuentra bien sostenido por las articulaciones de la cadera, mientras el tren delantero se encuentra adosado al tronco por ligamientos. Pero debemos buscar siempre una grupa larga y bien colocada. Esto permite una buena angulación trasera, con buenos aplomos y un muslo poderoso que le permite producir un buen impulso a la correcta angulación.
Las patas traseras solamente tienen que empujar el perro hacia adelante, firmemente adosado en la articulación de la cadera, sin depender de otros factores. Pero esas grupas altas y caídas le quitan mucho las posibilidades de otorgar al perro unas buenas angulaciones traseras y un buen desarrollo del muslo quitándole fuerza al mismo, provocando que el empuje trasero resulte pobre y le falte amplitud. Para corregir estos defectos tenemos que lograr un perro bien proporcionado, con línea superior firme, por poseer un dorso firme y una grupa larga y bien posicionada, que como consecuencia nos muestra un lomo preferentemente corto. El largo correcto, es un dorso el doble del largo del lomo y con una grupa 2/3 del largo del dorso. Además tratemos de obtener un Rottweiler con una escápula larga, con un buen antepecho, que permita un húmero suficientemente desarrollado, para permitir una angulación equivalente a la trasera, otorgándole el alcance necesario. En el tren trasero busquemos un suficiente largo de grupa con buena colocación, que permita un muslo amplio y angulaciones traseras deseadas.
Tomemos en cuenta, que los defectos de aplomos y del paralelismo en ambos trenes, provienen siempre de deficiencias estructurales, que consecuentemente producen claudicaciones compensatorias. El perro ante esta situación baja rápidamente su rendimiento de trabajo mostrándose fatigado y frecuentemente dolorido. A raíz que en la FCI y por lo tanto en la ADKR, por razones de maltrato de animales se ha prohibido toda mutilación quirurgica en los perros, por lo tanto en el Rottweiler se ha prohibido el corte de la cola. Según un renombrado criador y juez alemán de la raza Rottweiler, la prohibición de esta mutilación beneficiará enormemente la estructura y el movimiento del Rottweiler. Anteriormente con la cola corta esta no afectaba la estética del mismo. Por el contrario cuando el Rotweiler se movía parecía natural que este conjuntamente con la cola se movía todo el cuarto trasero en un ida y vuelta lateralmente. Este movimiento era consecuente de una grupa corta y caída y de una cola con implante alto.
Ahora con la cola sin cortar la misma parece como una cobra encima de la grupa. Esto produce un cuadro estético muy desagradable y la única solución es dotar al Rottweiler de una grupa larga y buen colocada, con lo cual la implantación de la cola seguira la línea del cuerpo como por ejemplo en el Boyero de Berna. Este hecho consecuentemente al corregir la estructura, angulaciones y aplomos mejorrá enormemnte el movimiento el movimiento y el rendimiento en el mismo del Rottweiler.
Prof. Werner F. Kirschbaum. B. Sc. Agr.
Lic. Claudio C. Pena